Test de Colorimetría

Test de Colorimetría

¿Alguna vez te has preguntado por qué algunos colores te hacen sentir y ver bien mientras que otros no? Pues esto se debe a la colorimetría en moda, y afortunadamente, existe un test que te ayudará a descubrir qué colores te sientan mejor. Aquí te explicamos cómo hacerlo:

Primer paso: determinar la temperatura de color que nos favorece

Para comenzar a determinar qué tonos y colores nos favorecen en nuestra apariencia personal, es importante identificar si tenemos una paleta de colores fría o cálida. Podemos hacer esto ubicando una tela lamé dorada y otra plateada debajo de nuestro rostro, perpendicularmente, y mirarnos en un espejo expuestos a la luz natural, sin rayos solares. La tela que nos haga lucir rejuvenecidos, con una mirada radiante y con imperfecciones suavizadas, será la que mejor nos siente.

Si no contamos con telas lamé, podemos usar bandejas o papel metalizado plateado y dorado, o incluso prendas de vestir de otros colores como referencia. Por ejemplo, un tono gris perla, azul oscuro o aeronáutico podría reemplazar el género plateado y darnos una idea de si tenemos una paleta fría. Del mismo modo, prendas y hasta manteles o servilletas de tonos amarillos o naturales pueden ayudarnos a identificar una paleta cálida.

Una vez que sepamos si somos de paleta fría o cálida, podemos observar cuál de las cuatro paletas de colores nos favorece. Conociendo qué tonos y colores nos sientan mejor, podremos mejorar nuestra apariencia personal y destacar nuestros atributos naturales.

Segundo paso: determinar la intensidad de los contrastes

Cada paleta de colores se divide en dos subcategorías basadas en la intensidad del contraste natural en nuestros tonos de ojos, cabello, piel y cejas. Por ejemplo, si nuestra piel, cabello y ojos son claros, como en el caso de una persona rubia, no habrá mucha intensidad en los contrastes. Sin embargo, si nuestra piel es clara pero nuestros ojos, cejas y cabello son oscuros, o viceversa, habrá una mayor intensidad de contraste.

Las cuatro subcategorías de paletas de colores se nombran a menudo con nombres de estaciones del año, aunque están también quienes prefieren nombrar las paletas de acuerdo a los principales elementos de la naturaleza: agua, aire, tierra y fuego.

Las paletas frías se llaman aire (invierno) o agua (verano), mientras que las paletas cálidas se llaman tierra (otoño) o fuego (primavera). Las paletas de aire y tierra se caracterizan por tener tonos de alto contraste, mientras que las de agua y fuego se identifican por ser de bajo contraste.

La colorimetría fría incluye dos paletas: agua (verano) y aire (invierno). La paleta de agua se caracteriza por una temperatura fría y una baja intensidad de contraste, lo que significa que son personas con piel, cejas y ojos claros y suaves, generalmente rubias. La paleta de aire también tiene una temperatura fría, pero se distingue por tener una alta intensidad de contraste. Las personas en esta paleta pueden tener piel oscura o clara, cabello medio u oscuro, cejas medias u oscuras, y ojos oscuros o de tonos fríos, como azules o grises.

Por otro lado, la colorimetría cálida se compone de las paletas de fuego (primavera) y tierra (otoño). La paleta de fuego tiene una temperatura cálida y se caracteriza por tonos claros y un brillo dorado natural. Las personas en esta paleta generalmente son rubias con ojos claros en tonos de miel o verdes, y cejas claras. La paleta de tierra, por otro lado, tiene una temperatura cálida con tonos más oscuros y terrosos. Las personas en esta paleta pueden tener ojos marrones o negros, cabello y cejas medias y oscuras, y piel clara u oscura con tendencia cálida.

Es importante tener en mente que aunque algunos colores puedan favorecernos según nuestra colorimetría, es posible que no nos gusten o no se ajusten a nuestro estilo personal. Sin embargo, lo fundamental es conocer nuestro diagnóstico de colorimetría para poder tomar decisiones más informadas en cuanto a nuestro estilo y utilizar los colores de la manera que mejor nos sienten.